Daniela Leye corre emocionada hacia el lugar de encuentro con Luis. Ante su desesperada alegr�a, da un mal paso y se tropieza con una baldosa que no estaba en su lugar, se cae y se destroza los dientes contra el cord�n de la vereda. El dolor la consume y debilita, sin embargo el terror le da fuerzas para correr mientras cubre con sus manos su boca como si eso ayudara a detener la hemorragia. Se mira en el espejo del ba�o de una estaci�n de servicio. Se ve horrible. Su remera blanca esta te�ida con largas manchas de sangre que se deslizan. Su novio la espera a tres cuadras. Ella teme que Luis, al verla, ya no la "quiera"; espera diez minutos sentada, mientras sus enc�as sangran. Le duele el alma, duelen sus pensamientos y le duelen lo que quedo de sus dientes. A pesar del dolor, reflexiona, y tras recordar frases e im�genes de puro amor incondicional, ella decide seguir su camino y reencontrarse con �l, en el lugar preestablecido. Llora mientras camina entre nubes de desesperaci�n. Se siente desamparada y olvidada por eso que llamamos belleza (tal vez lo este). Por fin ve a su novio, corre emocionada hacia sus brazos, pero �l, al verla se aterroriza y mira hacia otro lado casi autom�ticamente. Ella decide morir, destruye su alma con los m�s terror�ficos pensamientos que el ser humano puede sentir. Cree que esta sola. Cree que su familia tampoco la querr�. Encuentra un aerosol usado con algo de pintura dentro. Escribe su nombre en una pared, camina hasta un parque y escribe su nombre una vez mas en un monumento. Camina hacia el centro de la laguna del parque. Solo sabe que no sabe nadar y se quiere matar. Camina hasta no hacer pie y comienza a arrepentirse en el ahogo del horror...

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